MAMÁ
Me encanta cuando te emocionas y alegras
porque he triunfado o tenido suerte.
Pero me gusta aún más cuando sigues
pensando que soy maravillosa después
de haber metido la pata.
Gracias, por no reñirme en público
y esperar a estar a solas.
Gracias, por no quejarte amargamente
cuando me he comportado de forma
estúpida.

Gracias, por gritarme y decirme
lo tonta que he sido con gran
variedad de frases consideradas.
Y después, dejando atrás los sermones,
ponernos juntas a buscar lo que hay que hacer.

Gracias, por no abandonarme cuando
he sido particularmente desagradable.
Tú fuiste la única que no lo hizo.

Gracias, por tu interés por mí,
pero sin entrometerte.

Gracias, por abrirme todas aquellas puertas,
pero sin empujarme nunca para que las cruzase
Gracias, por no decirme nunca «Ya te lo advertí»
Al menos, no muchas veces.
Gracias, por un hombro en el que llorar;
por alguien a quien dar una noticia,
ya sea buena o mala;
alguien con quien reír de algo divertido;
alguien con un amor inagotable.
Fuera lo que yo hiciese,


