Querida Cris:
Han pasado más de tres años y tu ausencia sigue siendo un vacío oscuro que ocupa el lugar donde antes brillaba tu sonrisa. Aún no puedo creer que ya no estés aquí.
El juicio nos ha reabierto heridas aún sin cicatrizar; ha sido muy duro… una verdadera tortura. Su ataque fue todavía más brutal y calculado de lo que nosotros sabíamos.
Es un psicópata de manual, tiene una mente tan maligna que no merece volver a pisar la calle, pero la justicia en España es demasiado blanda.
Ahora estamos esperando la sentencia, y el miedo me tiene con el alma en un puño.
Tengo miedo de que no se haga justicia. Miedo de que el asesino que te arrebató la vida no pague la deuda que tiene contigo.
Pero el terror más profundo es vivir en una sociedad donde la vida de una niña tan buena, tan llena de luz como tú, parezca tener tan poco valor.
Es intolerable pensar que un asesino pueda negociar su libertad o salir sin cumplir la totalidad de su condena por una simple suma de dinero. La rabia me ahoga al ver esta balanza rota. ¿Cuántos años por 42 puñaladas? Si fuera uno por cada puñalada recibida, serían 42 años de prisión.
Cris, vi su pura maldad, aquella que escondía sabiamente. Pude ver al monstruo mentiroso que es. Él se escondía, tapándose la cara, como ha hecho siempre. No fue un error ni un arrebato. Quiso hacer daño, y lo hizo. Pero falló en lo esencial…
CRIS: ¡TÚ SIGUES VIVA!
Y SIEMPRE SEGUIRÁS VIVA EN CADA FLOR VIOLETA, EN CADA PERSONA QUE TE RECUERDE, EN CADA MADRE QUE HOY ABRAZARÁ CON MÁS FUERZA A SU HIJA AL ESCUCHAR TU NOMBRE.

Cariño, me duele el alma. Es un dolor que no me abandona, constante, profundo… pero sigo de pie por ti. Lo hago por justicia, por verdad, por amor, por tu hermano y por papi —como tú le decías—. Seguiré hablándote y escribiéndote cada día, pidiéndote valor cuando la rabia o el miedo me paralicen.
Y aunque el mundo sea injusto, te prometo que no me rendiré, porque sé que tú querrías verme fuerte, incluso cuando solo me queden fuerzas para llorar.
Ese monstruo que te arrebató la vida creyó que podría destruirnos, pero no pudo. Nunca podrá romper el amor inmenso que sentimos. Tu luz nos guiará siempre. El mal podrá matar, pero el amor verdadero es invencible. Él nunca sabrá lo que significa el verdadero amor; nunca comprenderá por qué ahora somos más fuertes, que siempre estaremos unidos a ti, a través del amor y la luz eterna que has dejado.
Nunca podrá romper ese amor tan profundo que papi, Gabriel y yo nos tenemos, ni el cariño con el que siempre te recordamos, con todo nuestro corazón. Esa unión que él envidia, ni su odio ni su crueldad podrán quebrarla nunca. A pesar del dolor, los tres seguiremos en pie, iluminados por toda tu luz, esa que él jamás soportó ver y que ahora será el gran faro que ilumine la oscuridad de todas las mujeres que necesiten ayuda y fuerza.

Te quieren muchas personas: amigos que no han faltado al juicio, familiares y hasta personas que no te conocieron me hablan de tu luz… Y mientras alguien hable de ti, tú también vivirás en todos, en cada latido, en cada gesto, en cada respiro.
El mal puede intentarlo, pero jamás vencerá al amor que nos mantiene vivos y unidos.
💜 Mamá
Tu amor vive en nosotros, ayer, hoy y siempre.
¡CRISTINA!

