Querida Cris:
“Cris, cariño, te dije que los monstruos no existen, pero me equivoqué…”

Mi dulce niña, los monstruos existen,
están escondidos entre nosotros,
te seducen, con sus máscaras cautivadoras,
y manipulando el cariño, devoran tu amor.
Ten cuidado, mi pequeña, pues
son artistas del afable engaño,
no entienden de emociones, ni sentimientos,
envidian tu dicha y te provocan dolor.
Mi princesa, los monstruos existen,
son seres vanidosos, perversos y crueles
que se alimentan de la rabia y la ira,
desprecian tus virtudes, para rebajar tu valor.
Cariño, ellos solo se aman a sí mismos,
te culparán siempre de sus desgracias,
carecen de empatía y te pedirán fingido perdón,
para seguir torturándote o apuñalarte con furor.

Está fue la última foto de Cris…
